jueves, 10 de marzo de 2016

Una de las obras budistas fundamentales acerca de la existencia, la reencarnación, la vida y la muerte.


por Pablo Rego | “El libro tibetano de la vida y de la muerte” es una obra magistral del budista tibetano Sogyal Rimpoché, quien, relacionado ampliamente con la cultura occidental, consigue traducir conceptualmente muchos de los rituales y principios filosóficos practicados durante siglos exclusivamente por los monjes budistas y por sabios de Tíbet.

Dentro de los muchos cambios que ha sufrido el mundo en la zona de Tíbet durante el siglo XX, uno es la apertura que ha tenido el conocimiento guardado desde siempre en los templos. El éxodo al que ha sido forzado gran parte del pueblo tibetano por los chinos hacia India y occidente, ha creado un nuevo universo conceptual y flujo de información.

El Dalai Lama, quien escribe el prólogo de esta obra, ha sido la figura central de esta apertura hacia occidente que, al igual que otros monjes de gran sabiduría, difundió sus prácticas por el mundo. Sogyal Rimpoché, de la misma manera, lo ha hecho y lo hace con la seriedad y la profundidad propias de alguien de su experiencia y recorrido espiritual.

En “El libro tibetano de la vida y de la muerte” este Maestro, que además de su conocimiento como budista ha realizado estudios universitarios en India y Cambridge, explica los fundamentos de algunas técnicas de meditación esenciales para los tibetanos desde siempre, como “Rigpa”, una de las formas que toma la meditación budista tibetana para conectar con la fuente y trascender el mundo de los sentidos, a través de la compasión y la experiencia que da sustento a la sabiduría.

Sogyal Rimpoché relata una extensa cantidad de experiencias y anécdotas que han tenido lugar en el fino y a la vez eterno límite que separa la vida de la muerte. Y en ese límite la sabiduría ancestral, el trabajo a consciencia de los sabios, ocurre ese trance único e irrepetible en el que es posible salirse de la rueda de la reencarnación, desapegándose a consciencia del mundo de la materia.

Los tibetanos tienen en su biblioteca sagrada el famoso “Libro tibetano de los muertos” que este Maestro budista utiliza como plataforma de lanzamiento para sus propias conclusiones y prácticas, que se ocupa de difundir por el mundo en la actualidad.

El autor sostiene que aprender los pasos de la muerte, relacionarnos con ellos de manera consciente, perder el miedo al trance que significa cambiar de estado, es una gran manera de valorar la vida y utilizar el tiempo y los recursos del paso por la tercera dimensión como el gran momento de aprendizaje que es, para terminar en un trance de iluminación hacia el viaje de regreso a la eternidad.

Desde la proximidad con el hecho de la muerte, el aprendizaje de la cercanía de los seres que transitan ese trance y la compasión como puente para alcanzar el sentimiento del otro, a lo largo de la obra, Sogyal Rimpoché describe con exactitud los pasos para una “buena muerte”, fundamentándose en la experiencia ancestral, en la sensibilidad para comprender lo que no es manifestación material y sobre todo confiando en la intuición, esa guía que permanece con la entidad de luz que encarna de vida en vida en el cuerpo.

Por este motivo, todo aquel que quiera perder el miedo a la muerte, que necesite entender el proceso por el cual está pasando un ser querido o superar una pérdida, quien quiera adentrarse en el conocimiento de aquello que sólo puede ser aprehendido desde la comprensión de la unidad con el Todo, tiene en “El libro tibetano de la vida y de la muerte” una de las herramientas más completas para comprender el vasto universo de la existencia e iluminar el camino hacia el fin de una encarnación o vida sobre la tierra.





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Pablo Rego
Profesor de Yoga
Terapeuta-Masajista Integral
Diplomado en Salud Ayurveda (Medicina de la India)


          

viernes, 4 de marzo de 2016

Aprende técnicas de respiración para controlar tus emociones


por Pablo Rego | Las técnicas de la respiración son tan antiguas como el Yoga. Una parte importante del entrenamiento del control de la energía y de la mente, se realiza a través de este hecho natural.

En el sentido energético, la respiración nos conecta con el “prana” (energía vital y omnipresente en el Universo) ya que la inhalar, el aire que ingresa al cuerpo contiene una carga de energía que variará de acuerdo al ambiente en el que nos encontremos.

Desde el punto de vista de la nutrición de nuestro organismo, la respiración resulta la principal forma de alimento de nuestras células, ya que más allá de la energía y oligoelementos que tomamos de los alimentos que ingerimos, nuestras células necesitan primordialmente oxígeno, que toman de la sangre, que bombea el corazón luego de tomar el oxígeno de los pulmones que llenamos en cada inhalación.

Por esto, disponer de una buena cantidad de oxígeno en los pulmones creará mejores condiciones para que la sangre alcance a alimentar correctamente a cada una de las millones de células que conforman hasta el más minúsculo rincón de nuestro organismo.

Una respiración descontrolada

Uno de los factores más importantes del entrenamiento del Yoga y el Pranayama (técnica de control de la energía a través de la respiración) es la consciencia de los movimientos respiratorios y la posibilidad que tenemos de administrar los ritmos metabólicos de nuestro organismo a través de ellos.

Nuestros obstáculos más inmediatos en este sentido, como en otros, son la mente y el sistema nervioso.

Si vamos hacia el control de la respiración, planteémonos  la situación de que nuestra respiración está siendo gobernada por algún tipo de inteligencia que escapa a nuestra percepción. En un estado de consciencia habitual, mientras realizamos nuestras actividades, cuando nos toca vivir momentos de tensión, estrés o inquietud emocional, las imágenes creadas en la mente y la alteración del sistema nervioso van provocando la modificación de la respiración.

Así, mientras nuestro sistema de percepción se va alterando, cuando se forman conceptos en nuestra mente que nos hacen perder de vista la serenidad, el sistema nervioso va creando diferentes formas y ritmos respiratorios, tensionando determinados puntos de nuestro sistema respiratorio y, en la superficie, todo el entorno muscular del tórax.



¿Se puede controlar la respiración?

Siempre, estemos donde estemos, podremos utilizar la respiración para controlar estos estados emocionales. Ante un ataque de ansiedad, de pánico e incluso de asma, sea por la razón que fuera, podremos controlar los movimientos de nuestro cuerpo para influir en los estados internos.

Los músculos de la superficie del  abdomen, los de la zona del tórax y el diafragma pueden ser controlados a voluntad para limitar la influencia de la mente y del sistema nervioso, consiguiendo, de esta manera, acceder a la calma.

De la misma manera que la mente crea impresiones que descontrolan nuestro sistema nervioso y este, a su vez, altera la respiración volviéndola corta, limitada y tóxica, el control del movimiento respiratorio creará unos ritmos metabólicos que influyen en el estado del sistema nervioso y éste, por la vía inversa, disminuye la cantidad de impresiones de la mente, serenándola.

El primer recurso con el que contamos es la respiración en el abdomen. A través de la respiración baja, los tiempos de la inhalación y la exhalación van prolongándose, y a menos respiraciones, menos latidos del corazón.

Con esta respiración profunda, que luego podemos extender hacia la zona alta de los pulmones realizando la respiración completa o “respiración yoga”, daremos señales al sistema nervioso de que la circunstancia en la que nos encontramos es de calma y seguridad, de la misma manera que ocurre, naturalmente, cuando estamos recostados en la playa o nos aprestamos a dormir una linda siesta en un día de lluvia.

Las consecuencias de una respiración controlada

Si conseguimos concentrarnos en la exhalación, haciéndola lo más larga que podamos y mantenemos un ritmo lento, espirando, por ejemplo, en el doble del tiempo de lo que inspiramos, conseguiremos crear un clima interior en el que el metabolismo se volverá más lento.

Una respiración profunda permite que la energía (prana) que ingresa por la nariz recorra completamente los canales energéticos (nadis). Al vaciar totalmente nuestros pulmones, tensionando y hundiendo al final de la exhalación toda la musculatura en torno al tórax y el abdomen, eliminaremos todo el CO2.

Al soltar la tensión de la espiración, relajando primero el abdomen y luego el resto, nuestros pulmones se irán llenando de aire nuevo, de abajo hacia arriba, recibiendo así una gran cantidad de oxigeno. Todo este proceso dará señales a  los sistemas de control residentes en el cerebro de que nuestro organismo está en un buen ambiente por lo que todo se relajará, incluso nuestras emociones.

Basándonos en este principio, podemos contrarrestar o revertir los efectos nocivos que producen en el cuerpo situaciones como el estrés o hechos inesperados de la vida que nos afectan demasiado y pueden llevarnos hasta a la pérdida de la salud.

Tanto en la práctica de Yoga como en la vida cotidiana, la conciencia de la respiración, su entrenamiento y utilización pueden ser de gran ayuda cuando necesitemos serenar nuestro organismo, ante situaciones difíciles, al momento de afrontar un desafío o cuando necesitemos conciliar el sueño.

©Pablo Rego
Profesor de Yoga
Terapeuta-Msajista Integral
Diplomado en Salud Ayurveda (Medicina de la India)